Fuente: El Economista/ Samanta Escobar
- Hasta marzo del 2023, se construían 1.8 millones de metros cuadrados de espacio industrial, mientras que el ritmo de ocupación es de más de 7.4 millones de metros cuadrados al año
El mercado inmobiliario industrial no logra atender a todas las empresas atraídas por el nearshoring, el fenómeno de relocalización de empresas que se ha dado a nivel global, del que Monterrey, Nuevo León ha tomado ventaja.
Hasta marzo del 2023, la firma de servicios inmobiliarios Colliers detectó 27 compañías en busca de una nave industrial dentro de la zona metropolitana de la capital regiomontana, lo que representa una necesidad aproximada de 600,000 metros cuadrados de espacio.
Sin embargo, Sergio Resendez, director general de Colliers en Monterrey, indicó que el gobierno tiene en el radar más de 80 empresas con deseos de posicionarse en la ciudad.
“Parece exagerado, pero todos los días recibimos solicitudes de información acerca del mercado. Se avecina un buen año para el sector. No creo que se rompa el récord del 2022, pero los números seguirán siendo extraordinarios en temas de absorción”, comentó en entrevista para Econohábitat.
Recientemente, Samuel García, gobernador de Nuevo León, aseguró que el estado capta 72% del nearshoring que llega a México. De acuerdo con información oficial de su administración, de octubre del 2021 a marzo del 2023, se confirmaron más de 130 proyectos de inversión: 68 fueron nuevas empresas y 62 expansiones, lo que representó un capital de 11,564 millones de dólares.
Construcción insuficiente
A pesar de que los desarrolladores han intentado incrementar el volumen de proyectos para aprovechar la relocalización de empresas, la demanda es tal que las naves no se terminan de construir cuando ya tienen cerrado el contrato de renta con alguna empresa.
Hasta marzo del 2023, se reportaron alrededor de 1.8 millones de metros cuadrados en obra. Dicha cifra es insuficiente, según Resendez, ya que el ritmo de ocupación es de más de 7.4 millones de metros cuadrados al año.
En su último reporte de mercado, la plataforma Datoz indicó que la llegada de empresas de electromovilidad (como Tesla) pueden detonar aún más este buen momento para los bienes raíces industriales.
“Durante los primeros tres meses del año, los sectores automotriz y electrónico concentraron 43% de los espacios ocupados en el noreste de México, principalmente, en Monterrey”, aseguró la plataforma.
Rentas al alza
Como consecuencia de la acelerada actividad en los espacios industriales de Monterrey, se observó un incremento considerable en los precios de cierre de las transacciones en renta.
Según Datoz, en su comparación anual, el alza fue de 9%, al cierre del primer trimestre del 2023. Así, las empresas pagan, en promedio, 5.27 dólares por metro cuadrado al mes.
“Ante la alta demanda que ha experimentado la región noreste, los desarrolladores se han ocupado en adquirir reservas de tierra para tener opciones de desarrollo de proyectos a la medida, por lo que podríamos ver una dinámica en la que los tenedores de reservas de tierra aumenten el costo de la misma para proyectos especulativos”, agregó la firma especializada.
Retos: Infraestructura y mano de obra
A pesar de que la bonanza del nearshoring en tierras regiomontanas es de conocimiento público, el mercado no se escapa de los retos. Francisco Solares, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), subrayó que, en general, el país no está preparado para el fenómeno.
En este sentido, el líder de la industria cuestionó si la infraestructura de Monterrey es suficiente para dar soporte a la operación de empresas del tamaño de Tesla.
“No estamos preparados en este momento para poder satisfacer la enorme demanda de empresas. Necesitamos infraestructura y vivienda. No sé cómo van a llegar oportunamente todos los insumos para la producción de Tesla, y cómo saldrán las cargas de automóviles, cuando están saturadas todas las carreteras de la región”, dijo Solares.
Además, mientras los desarrolladores intentan acelerar la construcción de proyectos para atender el nearshoring, ha surgido otro desafío en el sector: la competencia por la mano de obra.
Según Resendez, comienza a verse una lucha por la contratación de trabajadores de la construcción, no sólo entre jugadores industriales, sino también con aquellos de edificación de oficinas y centros comerciales.
“La pelea por la mano de obra en todos los rubros también es importante. Y existe la posibilidad de que muchos de los trabajadores decidan emplearse en las fábricas que están llegando”, expresó el directivo de Colliers.