Fuente: Milenio/ Roberto Valadez
- La planeación de nuevas ubicaciones urbanas eliminaría los asentamientos irregulares y minimizaría riesgos para la población ante un nuevo huracán.
Con la reconstrucción de Acapulco tras el paso del huracán Otis se abren nuevas oportunidades para el destino, como eliminar los errores que afectaron su desarrollo, impulsar la creación de nuevas zonas urbanas y crear infraestructura para aprovechar oportunidades como el turismo médico, de acuerdo con analistas.
El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Francisco Solares, comentó a MILENIO que la planeación de nuevas zonas urbanas permitirá eliminar los asentamientos irregulares, minimizando riesgos de población afectada por un nuevo huracán.
Acapulco 2.0
Mencionó que antes del paso de Otis había muchos asentamientos ilegales en el puerto guerrerense, “situación que causó grandes afectaciones a personas porque las casas fueron autoconstruidas”.
“Se debe determinar dónde no se debe urbanizar para definir una nueva planeación para evitar que en un futuro los edificios tengan el menor daño posible ante un fenómeno natural”, explicó Romy Rojas, presidenta Consejo Nacional de Desarrollo Urbano.
Oscar Ocampo, Coordinador de Energía y Medio Ambiente del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), dijo que la destrucción de Acapulco es una oportunidad irrepetible para repensar el puerto.
También retomó algunas acciones que siguieran economistas para detonar el desarrollo de la ciudad a partir del desarrollo de infraestructura básica, rediseñar la gobernanza municipal y apostar por el turismo médico.
“Acapulco puede aprender de la experiencia internacional. El huracán Sandy de 2012 provocó daños sustanciales a la ciudad de Nueva York, especialmente a la isla de Manhattan. Para la reconstrucción del malecón, el taller de arquitectura danés BIG, liderado por Bjarke Ingels, diseñó el proyecto Dryline, que al mismo tiempo es un sistema de defensas contra inundaciones y un parque lineal de 16 kilómetros”.
Al respecto, Francisco Solares, de la CMIC, apuntó que incluso lo que se vuelva a levantar tendrá que tener cambios considerando las mejores prácticas que hay en otras partes del mundo.
“Hay ciudades donde pegan más huracanes, como Miami, donde los establecimientos tienen cortinas de aluminio en las ventanas, por lo que en alguna eventualidad se bajan y las afectaciones se reducen”.
Apuntan errores del pasado
El presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), Jorge Serra Moreno, informó que han estado en contacto con las asociaciones de hoteles de Acapulco y los dueños de los mismos establecimientos para que no se repitan los errores del pasado.
El directivo señaló que igualmente han tenido reuniones con las autoridades estatales y municipales del puerto guerrerense para tratar este tema.
Marco Chávez, investigador del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que el daño más recurrente en los edificios del destino fue el desprendimiento de sus fachadas y muros por la velocidad del viento mayor a los 300 kilómetros por hora, ya que muchos de ellos estaban hechos solamente de tablaroca.
“El problema de construir las fachadas y paredes con tablaroca, es que aunque no haya daños estructurales, la gente quedaría expuesta ante el huracán u otro fenómeno meteorológico porque se desprendían estas partes de los edificios”, comentó.
El investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Eduardo Botero, informó que otro de los problemas que encontraron en la reconstrucción de Acapulco es en las vías de comunicación, las cuales están reparando con los mismos errores del pasado.
Botero especificó que uno de los casos que vieron con las carreteras del destino tras el paso del huracán Otis, fue que la afectación en la infraestructura se debió a la falta de alcantarillas para liberar el agua acumulada.