Fuente: México Business/ Eliza Galeana

La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) instó a la implementación de políticas públicas para mejorar la infraestructura de movilidad urbana en el país, con el objetivo de integrar mejor la planificación urbana, el desarrollo económico y la movilidad sostenible.

Luis Méndez, presidente de la CMIC, señaló que en las últimas décadas, México ha experimentado un crecimiento urbano rápido, desorganizado, expansivo y contaminante, lo que ha generado importantes problemas de movilidad. Explicó que esto se debe a diferentes factores, entre ellos la falta de planificación del crecimiento de las ciudades y un modelo de crecimiento territorial horizontal que se traduce en largas distancias, altos tiempos de viaje y costos elevados. Además, destacó que prevalece una cultura de movilidad centrada en el uso del vehículo privado, con un parque vehicular que crece exponencialmente e inversiones enfocadas principalmente en obras viales diseñadas para automóviles.

“En un período de 30 años (1980-2010), la expansión urbana se ha multiplicado más de siete veces, ampliando así las distancias y aumentando los tiempos de viaje y los costos de bienes y personas dentro de las ciudades. Actualmente, ocho de cada 10 mexicanos viven en zonas urbanas”, subrayó Méndez durante una conferencia de prensa.

De acuerdo con el Índice de Movilidad Urbana del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), publicado en 2019, México es el país del G20 donde los hogares destinan la mayor proporción de su gasto al transporte. Este gasto representa el 19% del gasto total de los hogares, equivalente a un promedio de MX$1,815 (US$100.53). En comparación, Canadá gasta el 16% de los ingresos totales, la Unión Europea el 13% y Estados Unidos el 10%.

Desde la década de 1980, el parque automotor ha crecido un 420% a escala nacional, una tasa casi ocho veces superior al crecimiento de la población. De este parque vehicular, que representa 51,2 millones de vehículos para 2024, el 71% son vehículos particulares, y solo el 1% son transportes públicos de pasajeros, destaca Méndez. “Esto es preocupante, ya que en términos de emisiones de gases de efecto invernadero, los autos particulares contaminan casi 60 veces más por pasajero que el Metrobús”, afirmó.

Méndez enfatizó que también hay una evidente falta de infraestructura para peatones y ciclistas. En diciembre de 2023, la Ciudad de México contaba con 481.74km de infraestructura ciclista activa, mientras que ciudades como Monterrey y Tijuana apenas contaban con 5.1km y 9km, respectivamente. Esto sugiere la centralización de los esfuerzos solo en la capital, descuidando el desarrollo de dicha infraestructura en otras ciudades.

Con base en los argumentos expuestos, Méndez propuso 10 medidas para promover la movilidad urbana sustentable en México:

1. Fortalecimiento de la planificación urbana y el ordenamiento territorial. Para ello, se debe considerar la creación de un Instituto Nacional de Movilidad Urbana Sostenible.

2. Aumentar la inversión para el desarrollo, expansión y modernización de los sistemas de transporte público.

3. Ampliar y mejorar la infraestructura para peatones y ciclistas a través de la construcción y mantenimiento de corredores verdes, circuitos peatonales y ciclovías seguras y conectadas.

4. Acelerar la transición hacia la electromovilidad mediante la ampliación de la infraestructura de carga y la implementación de normas fiscales e incentivos para estimular el uso de vehículos eléctricos e híbridos.

5. Considerar la implementación de cargos por congestión para desalentar el uso del vehículo privado en áreas críticas y horas pico, utilizando los ingresos para financiar mejoras en el transporte público.

6. Fortalecer la gestión integral de riesgos en los sistemas de infraestructura y movilidad en respuesta a los fenómenos relacionados con el cambio climático.

7. Desarrollar campañas para educar y sensibilizar a la población sobre los beneficios del transporte sostenible y garantizar la total accesibilidad e inclusión social en los sistemas de transporte público.

8. Intensificar el uso de tecnologías digitales avanzadas para mejorar la gestión del tráfico y los sistemas de transporte público.

9. Promover esquemas alternativos de financiación de infraestructuras de movilidad urbana sostenible, como los modelos de coinversión público-privada.

10. Utilizar todas las herramientas legales, institucionales y de política pública para avanzar hacia un modelo de movilidad sostenible donde los peatones y ciclistas estén en la cúspide de la pirámide, seguido por el transporte público y de carga, y finalmente el vehículo privado.

Méndez señaló que el financiamiento para lograr estas metas es un reto, por lo que sugirió reestructurar el Fondo Metropolitano e incentivar la coinversión privada. Este programa del gobierno federal proporcionó recursos a las áreas metropolitanas para el desarrollo de planes y proyectos de equipamiento. En 2016, el instrumento tuvo una asignación de recursos de MX$10.4 mil millones en el Presupuesto de Egresos de la Federación. Sin embargo, se retiró a partir de 2020.

“No hay suficiente dinero, pero hay dinero para empezar. Creo que con la reestructuración del Fondo Metropolitano y la introducción de montos en torno a los 10 mil millones de pesos, también con dinero de los municipios y de los mecanismos de coinversión del sector privado, podríamos empezar en zonas metropolitanas importantes como León, Mérida, Puebla, Tlaxcala, Monterrey, Guadalajara, Querétaro, Toluca y el Valle de México”, subrayó Méndez.

Méndez señaló que la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia marca un punto de inflexión para la movilidad urbana en México, ya que el mandatario electo es consciente de la importancia del medio ambiente y el desarrollo sustentable. “Estamos trabajando en estrecha colaboración con el equipo de Claudia Sheinbaum, y también esperamos vincularnos cada vez más con ella para conocer las próximas propuestas que se harán”, dijo.

Méndez también destacó la importancia de la cooperación intersectorial para avanzar hacia un modelo de movilidad sostenible. “Desde nuestra perspectiva como constructores, estamos dispuestos a empezar a diseñar proyectos y trabajar en órganos consultivos y colegiados con universidades y otras cámaras industriales, colegios de arquitectos, ingenieros, urbanistas para diseñar un proyecto nacional para los próximos 10, 20 años”, destacó el empresario.