Fuente: La Crónica de Morelos/ Guillermo Cinta Flores
La gobernadora electa de Morelos, Margarita González Saravia, se reunió hace unos días con el presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Luis Rafael Méndez Jaled, y Armando Núñez Iragorri, dirigente de ese sector en nuestra entidad. Éste último pidió a la próxima mandataria atender de manera urgente el tema de la inseguridad, pues ha afectado sobremanera al ramo.
En un encuentro con la gobernadora electa se acordó la participación de los industriales de la construcción en programas de desarrollo social. Sin embargo, aprovecharon la oportunidad de este encuentro con la futura gobernadora constitucional para exponer los daños que ha causado la inseguridad a las empresas constructoras, y la desventaja ante algunas aseguradoras porque son más estrictas en los requisitos para otorgar este beneficio. Es importante subrayar que se cuentan por decenas las compañías constructoras desaparecidas a estas alturas del sexenio, por incosteabilidad y debido al recurrente contexto de inseguridad pública. Las extorsiones, por ejemplo, también se cometen con demasiada frecuencia.
Entre otras cosas, Margarita González Saravia indicó que su gobierno será de “puertas abiertas” para la CMIC, la cual, dijo, será clave para la ejecución de obras públicas, pero dentro del cumplimiento de convocatorias y concursos que establece el marco legal. Se espera que la palabra empeñada por la mandataria electa se cumpla, pues en el sexenio de la denominada Cuarta Transformación hubo grandes obras solo en ciertos estados, sin que Morelos hubiera sido incluido. Y los mejores contratos, en aquellas latitudes de la República, se distribuyeron de manera discrecional, muchas veces mediante asignaciones directas, entre empresarios de la construcción vinculados con destacados miembros de la 4T. Este es un secreto a voces entre los empresarios del ramo. Bueno. Ha sido tan cínica la manera de actuar de ciertos personajes, que se atreven a recomendarlos para seguir disfrutando de canonjías en el próximo gobierno federal.
Margarita González Saravia conoce a la perfección a los empresarios morelenses de la construcción, golpeados por los factores antes descritos y porque, la mera verdad, no hubo en nuestra entidad grandes proyectos de desarrollo de nuevas infraestructuras. La gobernadora electa se comprometió a que su administración colabore con la iniciativa privada a fin de que sea un detonante de desarrollo y generación del empleo en la entidad. Ojalá y así sea, pues al sector privado, y no al sector público, le corresponde la complicada responsabilidad de generar riqueza, verbigracia los empleos tan necesarios en nuestros aciagos días.
Con la industria de la construcción todos, absolutamente todos los estados se encuentran involucrados y lo que afecte al sector repercute en las 72 ramas de actividad económica que contiene la Matriz de Insumo Producto (dentro del PIB nacional), destacando entre ellas las industrias básicas de hierro o acero; otros productos de minerales no metálicos; la industria cementera; los aserraderos; las canteras y minas de arena, grava y arcilla; la fabricación y arrendamiento de maquinaria y equipo no eléctrico, y otros productos metálicos e industrias químicas.