Fuente: Ganar-Ganar
El sector hotelero en Acapulco enfrenta un desafío monumental en su proceso de recuperación tras los devastadores efectos del huracán Otis. Santos Ramírez Cuevas, secretario de Turismo, estimó que se necesitarán aproximadamente 2,300 millones de dólares para reparar los daños causados en la industria hotelera. Durante un foro organizado por El Financiero, Ramírez Cuevas compartió estas cifras, señalando la urgente necesidad de restaurar cerca de 3 mil habitaciones hoteleras antes de fin de año.
La situación actual en Acapulco es crítica, con una oferta hotelera total que alcanza las 19 mil 600 habitaciones y una oferta inmobiliaria de hasta 30 mil unidades en el puerto. Ramírez Cuevas señaló que, mientras los hoteles de cadenas comerciales pueden tardar hasta 10 meses en recuperarse completamente, muchos hoteles locales volverán a funcionar parcialmente en un futuro cercano.
El objetivo es claro: tener entre 5 y 7 mil habitaciones disponibles para abril del 2024, coincidiendo con el Tianguis Turístico. Sin embargo, el secretario aceptó que esto no será suficiente, esperando que para el segundo trimestre del año se haya restablecido el 50% de la oferta hotelera de Acapulco.
En este contexto, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda ha mantenido reuniones con representantes de la iniciativa privada y organismos internacionales, enfocándose en la recuperación del inventario hotelero. Julián Urióstegui Carbajal, presidente del Consejo de Cámaras Industriales y Empresariales de Guerrero (Cincaingro), considera que el huracán Otis representa una oportunidad para “relanzar” Acapulco, aunque esto requiere de “acciones extraordinarias”.
Urióstegui Carbajal también mencionó la preocupante crisis de empleo que ha surgido a raíz del desastre, estimando la pérdida de aproximadamente 35 mil empleos formales y cerca de 40 mil en el sector informal. Para combatir esta situación, propuso declarar a Acapulco y Coyuca de Benítez como “zonas francas”, lo que implicaría exenciones fiscales para estimular la inversión y la competitividad turística.
Francisco Solares Alemán, presidente de la Comisión de Infraestructura del Consejo Coordinador Empresarial, subrayó la necesidad de construir un “nuevo” Acapulco con infraestructuras más resilientes y adaptadas a las condiciones climáticas extremas. El proceso de limpieza y reconstrucción será largo y complejo, involucrando no solo la remoción de alrededor de 800 mil toneladas de basura sino también la implementación de normativas de construcción más rigurosas.
La reconstrucción de Acapulco, por tanto, se perfila como un esfuerzo colectivo, donde la capacitación de los desempleados en tareas de construcción jugará un papel crucial para mitigar el desempleo y avanzar hacia la recuperación. La colaboración entre el sector público, la iniciativa privada y la comunidad será fundamental para superar esta adversidad y revitalizar uno de los destinos turísticos más emblemáticos de México.